Blog - diciembre 2, 2025
11 años de carrera: lo que descubres cuando sigues caminando

Cumplir 11 años de carrera es un poco como mirar un álbum de fotos que no sabías que estabas construyendo día con día. No son solo escenarios, canciones, viajes o proyectos. Son las pequeñas decisiones que, sin darte cuenta, te fueron llevando hacia una vida que no siempre imaginaste, pero que hoy reconoces como tuya.
Once años también son suficientes para entender que la carrera artística no es una línea recta. A veces es un espiral, a veces un mapa que se redibuja cada cierto tiempo. Hay momentos de euforia y vértigo, de claridad absoluta y de dudas profundas. Y todo eso importa. Todo eso te forma. Todo eso es carrera.
Con el tiempo descubres que no eres la misma persona que empezó. Aquella versión de ti quizá tenía más prisa, más inocencia, más hambre de demostrar. Esta versión —la de ahora— tiene más raíces, más preguntas afinadas, más intuición. Y aunque a veces duela reconocerlo, también más cicatrices que te enseñaron a poner límites, a elegir mejor tus batallas y a recordar por qué haces música.
Cumplir 11 años es entender que el éxito no siempre se ve como imaginaste: no siempre es un gran escenario, un premio, un número. A veces es sostener un proyecto que amas. A veces es haber transformado tu sonido sin traicionarte. A veces es darte permiso de empezar de nuevo. A veces es seguir. A veces es no rendirte cuando nadie está mirando.
También significa reconocer a las personas que han estado ahí: quienes te escucharon cuando ni tú estabas segura, quienes te invitaron a tocar, quienes te dijeron que lo que haces importa. Son parte de este camino, aunque no salgan en las fotos.
Once años después, una se da cuenta de que la carrera no es la meta; es la suma de todos esos momentos en los que elegiste seguir creando, aun cuando era difícil, incluso cuando nadie más lo entendía. Y si después de 11 años sigues aquí, con ganas de decir algo, con ganas de explorar, con ganas de aprender… entonces algo estás haciendo bien.
Quizá no sabes exactamente hacia dónde vas. Pero sabes por qué.
Y eso, a estas alturas, es un regalo.